sábado, 29 de mayo de 2010

45 años de Hasta siempre Comandante!


Para mi hermano Martinete, en Buenos Aires।


La noche del 3 de octubre de 1965 fue especialmente diferentes para Fidel Castro, Ernesto Guevara, los cubanos, los revolucionarios de todos el mundo…y los agentes de la CIA y comparsa.
Ese día Fidel Castro dio a conocer la constitución del Comité Central del Partido Comunista de Cuba, y sus órganos de dirección, sin embargo, la dirección de la Revolución tenía ante sí un dilema: explicar el por qué un hombre de la jerarquía histórica de Ernesto Guevara no formaba parte de aquella vanguardia o guardar silencio. Esto último era imposible.
El Che había desaparecido misteriosamente y de inmediato los medios empezaron una calumniosa campaña que lo situaba lo mismo preso que fusilado por órdenes expresas de Fidel Castro. Los cubanos estábamos preocupados, obviamente, pero la más elemental lógica indicaba que lo que pretendía el enemigo era que Cuba dijera donde estaba el Che, entretanto lo buscaban en los más diversos lugares del planeta. El Che había partido de Cuba, convenientemente disfrazado por Fisín el 1 de abril de 1965 y en las primeras horas de ese día había entregado a Fidel una carta de despedida sin fecha para que el Líder de la Revolución Cubana la divulgara oportunamente.
Fidel Castro fue el que más infamias soportó estoicamente para proteger a su entrañable compañero, que ya en octubre de 1965 estaba ubicado debidamente en África al frente de un contingente guerrillero.
Esa noche del 3 de octubre de 1965, en un radio marca Zenit, de 8 bandas, con un mapa que facilitaba captar las emisiones radiales de cualquier lugar del mundo estaban el Che y sus hombres escuchando el acto que se efectuaba en La Habana. El Coronel ® Manuel Medina residente en esta ciudad de Santa Clara, y Guerrillero junto al Che en la epopeya africana estaba próximo a su jefe cuando Fidel leyó la carta, me ha dado gentilmente los datos anteriores así como me expresó que el Che no tuvo ninguna reacción especial cuando escuchó el texto de su carta y que sólo dijo que Fidel tendría motivos para hacerlo.
Muchas personas sentimos una sensación de alivio muy grande al tener noticias del Che, saberlo vivo y en otras tierras del mundo luchando contra el imperialismo. Entre las personas que seguían el acto, en La Habana, estaban Carlos Puebla y Rosalba Juárez, su esposa, en la sala de su casa. Puebla, el Cantor de la Revolución, al concluir Fidel la lectura de la carta de despedida del Che, pidió a Rosalba que no lo molestaran, entró a su despacho y de un tirón compuso ¡Hasta siempre comandante!
Es evidente que Carlos Puebla logró transmitir toda la emoción, el sentimiento de admiración, agradecimiento y respeto de los cubanos al Che, aquel argentino que vino en el Granma, estuvo en la Sierra Maestra casi los 25 meses de la guerra de la cual salió al frente de un contingente invasor hasta llegar a esta ciudad de Santa Clara y liberarla. A Cuba le aportó un ejemplo tan vigoroso que Fidel expresó su deseo de que nuestros niños fueran como él.
Al cumplirse los primeros 45 años de esta melodía, nos enorgullece que se haya convertido en un himno, que haya sido utilizada como tema musical de importantes productos audiovisuales y que se escuche en todos los confines e la Tierra.
No conocí a Puebla, lo vi en la tele en vivo, era un criollo formidable con un especial sentido del humor, autor de centenares de melodías aprecio de él también Cuenta conmigo y la muy sabrosa guaracha…Y en eso llegó Fidel.

Martín, cuando escuchábamos la melodía hace muchos años, estábamos muy lejos de imaginar que en 1997 se quedaría en Santa Clara, para siempre, la entrañable transparencia y la querida presencia del Che. Aquí será venerado eternamente porque reconocemos que si en la tierra hay hombres perfectos, tú compatriota es uno de ellos.

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