miércoles, 4 de julio de 2012

Buen dia!!

Ante la muerte de un Hermano…


Sé lo que significa la muerte de un hermano porque viví ese momento hace muchos años; sólo quien tenga esta experiencia puede saber lo que está sufriendo René. Aun cuando hace muchos años que perdí mi hermano hay ocasiones en que, ante una situación muy difícil, me viene repentinamente a la memoria la posibilidad de consultarle, cierto que es una fracción de segundo, sin embargo, me parece un siglo cuando vuelvo en mi.
Roberto González dedicó varios años de su vida a defender a sus hermanos  suponiendo quizás que no los vería libre porque su enfermedad lograra quitarle la vida.
Ante su muerte pienso en la madre, sus familiares, sus amigos, el pueblo cubano que se sabe protegido por hombres como René y defendido por hombres como Roberto.
Ante su muerte me surgen muchas preguntas, por ejemplo:
¿Cuántas personas, norteamericanas incluso, serían salvadas por la labor de los Cinco Hombres que están presos o retenido en USA?
¿Tiene el presidente Obama que subordinar una decisión humanitaria a un problema de política doméstica de su país?
¿Hasta cuándo las familias cubanas tendremos que estar divididas, alejadas, aisladas en momentos en que los sentimientos y la prudencia aconsejan estar unidos?
¿Hasta cuándo decisiones gubernamentales nos limitarán nuestros derechos de visitar un familiar enfermo, asistir a un feliz aniversario, o conocer una playa de gran belleza?
¿Hasta cuándo tendremos que tener hermanos en las entrañas de grupos que hacen terrorismo activo contra Cuba desde territorio norteamericano para evitar la muerte de inocentes que no son ni Generales, Presidentes o Ministros?
Hace poco conocí a través de El Duende de Miami que el Señor Luis Clemente Posada Carriles estaba gravemente enfermo. No voy a decir hipócritamente que la noticia me conmovió, todos sabemos el daño que nos causó, sin embargo, no me alegré. La vida es algo que nos dieron nuestros padres y que nos quita Dios.
La  libertad es un derecho nuestro que nadie debe mutilar, en medio de crisis ambientales, económicas, éticas, los cubanos estamos agobiados, además, por el conflicto centenario USA-Cuba que hace más complicada nuestras vidas, algunas, como la mía, que está en su etapa final por pertenecer a la tercera edad.
A Roberto mi homenaje póstumo sincero por su lealtad al hermano y a su pueblo. Le rindo tributo emocionado a un hombre que se nos va con una edad similar al hermano que perdí y que también se nombraba, con mis apellidos, Roberto.

Juan Nuiry Sánchez


El 2 de mayo de 1932 nació en Santiago de Cuba, hace 80 años, Juan Nuiry Sánchez, por lo que desde semanas  recientes ha estado recibiendo el homenaje de compañeros, amigos, hermanos, alumnos, admiradores, diplomáticos, intelectuales, etc.
Edison Velázquez, otro de los hermanos que me dio el Che, me ha enviado copia de las palabras de homenaje pronunciadas por Raúl Roa Kourí, con ese motivo.
Entre los libros que poseo dedicado por sus autores está en lugar destacado uno de los escritos por Nuiry que dice, entre otras cosas… al historiador, amigo y compañero de ideales. Me enorgullece la sencillez y calidad humana de Hombres como Nuiry, el Maestro.
En testimonio de afecto ilimitado al experimentado Maestro me uno al jubileo y comparto estas palabras íntimas, fraternas y, sobre todo, sinceras del diplomático cubano, pronunciadas en La Habana, el 19 de junio de 2012:
Podía no haber escrito estas palabras, pero en ese caso no tendría la posibilidad de dejárselas a Juan como recuerdo de este convivio amistoso al que nos convocan Miguel Barnet y Nancy Morejón, con el concurso entusiasta de Heriberto Feraudy y todos nosotros. Desde su asiento, Nuiry no podría hoy decir, como Napoleón a sus soldados desde las pirámides de Gizeh, que contempla 20 siglos, pero sí que está frente un grupo de veteranos de las lides en que participó, de manera descollante, en los años ’50 y hasta la fecha. Esa es la ventaja de haber permanecido fiel a los ideales de su juventud y a la revolución de Fidel.
   Como muchos otros que asistimos a su fiesta para recordarle que aún en la “tercera edad” se pincha uno los dedos con las espinas de la rosas, yo conocí a Juancito (así le decíamos en “la colina” y hasta ahora) cuando ingresé en la Facultad de ciencias sociales y derecho público,
en 1955. Cursaba el cuarto año de la carrera, era presidente de su Asociación de estudiantes y  Vicepresidente de la FEU.
   Había favorecido con su voto la candidatura de José Antonio, que así fue electo a la presidencia del máximo organismo estudiantil. Me lo presentó Luis (Luisín) de la Cuesta Leanés, su predecesor como presidente de la Asociación y, a la sazón, director de cultura de la FEU; uno que –no obstante su historial antibatistiano y pensamiento supuestamente progresista— terminó siendo enemigo de la revolución y refugiándose en el escorial de Miami.
   Con Juancito y de la Cuesta conocí a José Antonio, quien ya gozaba de merecido prestigio entre el estudiantado, no solo habanero, sino de todo el país, por su valentía y arrojo en el combate contra la dictadura. Trabé amistad con Marcelo Fernández, Julio Fernández Cossío, Sócrates Cobas, Marta Arjona y otros compañeros, al incorporarme a la Dirección de cultura de la FEU, que desempeñaba un papel de vanguardia en la defensa de los valores nacionales y de nuestra identidad cultural, puestos en solfa por los alabarderos de la dictadura en ese frente.
    Todos recordamos la participación de Nuiry, del brazo de José Antonio, Fructuoso, Anillo y otros dirigentes de la FEU, encabezando las manifestaciones que descendían la histórica escalinata para chocar, a puño limpio, en San Lázaro e Infanta, con la morralla policial: los chorros de agua, los palos y los fusiles con que el tirano pretendía acallar la protesta del pueblo.
     Juan también desplegó una intensa actividad, asistiendo a programas de radio, haciendo declaraciones a la prensa para denunciar la embestida policíaca contra la Universidad, apoyando las actividades culturales organizadas por la FEU, participando en las conferencias de personalidades latinoamericanas (como Rómulo Gallegos, Andrés Eloy Blanco y Enrique Cabrera, por mencionar solo algunos) en el Aula Magna.   Juntos, con Marcelo y otros compañeros, fuimos asiduos  del Maestro don Jesús Silva Herzog, ilustre economista mexicano y mano derecha del general Lázaro Cárdenas  durante la expropiación petrolera de 1918, convidado por mi padre, en 1956, a ofrecer un ciclo de conferencias en nuestra facultad. Le acribillamos a preguntas sobre aquel másculo proceso emprendido entonces por los revolucionarios mexicanos.
    Recuerdo haberle visitado, a mi regreso de México --a donde había viajado en representación de la FEU para participar en la Conferencia por la libertad de la cultura-- en el Hospital de Emergencias, donde se hallaba con los demás compañeros que se lanzaron al estadio del Cerro, en medio del juego de béisbol, con una gran tela que condenaba a Batista. Habían sido brutalmente golpeados por los esbirros de azul, algunos con peligro para su vida, pero mantenían su espíritu de lucha y decisión de seguir en ella hasta la derrota del régimen.
       Estuvo Juancito entre los compañeros universitarios que acudió a esperar a Fidel y los combatientes del Moncada al salir de la prisión, tras la amnistía que el pueblo arrebató a la dictadura en mayo de 1955. En esas semanas convulsas, que precedieron al exilio del líder de la revolución, tuvo lugar un encuentro de Fidel en nuestra casa,  con José Antonio, Nuiry, mi padre y el profesor Rafael García Bárcenas.
   Se trataba de un intento más de Fidel de aunar las fuerzas que combatían a la dictadura, pero García Bárcenas  -que dirigía a un grupo de jóvenes y conspiraba con oficiales de la Academia Militar y otros—no estuvo de acuerdo con la estrategia propuesta por Fidel, que sí aceptaron los demás.
     Por esa razón, Echevarría pidió a Nuiry que le acompañara a México, donde firmó con Fidel, a nombre de la Federación Estudiantil Universitaria, la histórica “Carta” que fuera el sustento de la íntima alianza de lucha entre los estudiantes universitarios, encabezados por la FEU y  el Directorio Revolucionario,  y el Movimiento 26 de Julio.
    No obstante no ser miembro del Directorio, José Antonio convidó a Juan, en quien siempre depositó ilimitada confianza, a participar en las acciones del 13 de marzo de 1957. Nuestro amigo participó, junto a su hermano de lucha y otros compañeros, en la toma de Radio Reloj, regresando después a la colina.
    Como siguió el plan trazado –seguir la Calle 25 hasta J y por ésta a la universidad—no fue testigo del choque de José Antonio y sus compañeros con el patrullero de la policía, que bajaba por la calle aledaña a nuestro centro de estudios.  Tras aquello hechos, debió asilarse y partir al exilio.
    Juan, que entonces era Secretario general de la FEU, quedó al frente de ese organismo, tras el asesinato de Fructuoso Rodríguez  y sus compañeros, en Humboldt 7. Fue en su carácter de presidente  que dirigió la “Operación Aérea FEU” hasta la Sierra Maestra, incorporándose a la Columna 1 “José Martí”, al mando de Fidel Castro.
    Capitán del Ejército Rebelde, Nuiry suscribió en 1958,  como presidente de la FEU conjuntamente con Fidel, en el Campamento de la Plata, un documento en el que se ratificaba la Carta de México en todos sus términos.
   Al final de la contienda, vino con el Jefe de la revolución en la “caravana de la libertad” hasta La Habana, dirigiéndose al pueblo, el 8 de enero de 1959, desde el Campamento Militar de Columbia, en aquella inolvidable noche en que Fidel habló a todos, después de Nuiry, en su calidad de máximo líder revolucionario, de la enorme tarea que teníamos por delante.
    En estos últimos 53 años, Juan ha desempeñado diversos cargos, ora en la docencia bien en la diplomacia y otras esferas. Fue destacada su labor en la FAO, como Representante Permanente ante los organismos del sistema de las Naciones Unidas en Roma, donde ocupó, además, el decanato del Cuerpo Diplomático y presidió al capítulo romano  del G-77.
     Incansable, ha escrito su valiosa obra de aquellos años de brega, “Presente”, colaborado como coautor en otros, dirige la revista “Escalinata”, órgano de la Cátedra José A. Echevarría, que fundó y preside, y fue designado Profesor de Mérito de la Universidad de La Habana, donde, cercano a los jóvenes de la FEU hodierna, revive los días de la gloriosa FEU de José Antonio y contribuye a sembrar ideas y valores en la joven generación.
    No quiero robarle más tiempo a quienes también desean contribuir a este homenaje amistoso --aunque podría relatar nuestras andanzas en Nueva York, la visita a Alonso Pujol para recabar fondos para armas, nuestra común amistad con ese gran escritor mexicano que fue Andrés Iduarte y muchas otras cosas. Nuiry, con sus mozos 80, sabe que siempre se es joven cuando no se teme a la muerte,  se es alérgico a la papada,  la pose doctoral y  la autocomplacencia y, sobre todo, mientras  el músculo primo –como decía su maestro, Raúl Roa-- permanezca retozón.
¡Hasta los 120!

    
La Habana, 19 de junio de 2012
  



El Dr. Esteban Morales Domínguez: un intelectual revolucionario.


Entre los atractivos que ha tenido siempre la Mesa Redonda de la televisión cubana, para mí,  han sido los diálogos sostenidos entre Taladrid y el Dr. Morales Domínguez. Era un duelo entre dos hombres de profundas convicciones revolucionarias, dos contendientes fraternales que sólo discutían cuestiones de fondo, no de contenido.
Hace algún tiempo el Dr. Morales enfrentó algunos problemas que son del conocimiento de todos los interesados pues no ha habido nada oculto al respecto. Cuando leí el artículo impresionante de Esteban Morales: La corrupción la verdadera contrarrevolución, sentí indignación e impotencia y lo reflejé en mi blog  unas notas tituladas: Volveremos a quemar a Bayamo. Reitero lo escrito allí, no retiro una sílaba.
No pensé nunca que iba a tener la posibilidad de conocer y tratar a Esteban Morales, lo que sucedió el pasado mes de junio los días 13 y 14 en la UNEAC villaclareña y el  centro cultural El Mejunje, un paraíso de la tolerancia y comprensión  humanas para sus asiduos.
Grabé parte de las palabras del comunista, revolucionario y académico destacado, cito algunas ideas expresadas por él de manera textual:
La Revolución cubana es de las masas, no del Partido…Revolución es movimiento, es oposición a todo lo que no sea eso.
Mandar no es dirigir.
Muchos vivimos la Crisis de Octubre, vivimos girón, tuvimos las bandas contrarrevolucionarias, tuvimos un periodo especial, tuvimos una crisis económica bien dura, pero nosotros tenemos que asumir el momento que estamos viviendo como el más difícil a superar…
…ahora nosotros tenemos problemas políticos serios que resolver que creo que forman parte de lo que Raúl ha dado en llamar la necesidad del cambio de mentalidad…que toca a muchos niveles. Durante años fuimos pocos combativos y los problemas se fueron enquistando, los malos métodos, de trabajo de las organizaciones políticas y de masas y nosotros protestábamos continuamente…
La contrarrevolución cambia de matices, cambia de pelambre…yo escribí un artículo que se llama: La contrarrevolución no siempre es la misma…la contrarrevolución en estos momentos trabaja dentro de Cuba en un proceso en el cual el objetivo central de esa contrarrevolución es hacer que Raúl quede como un demagogo.
Con lo que Raúl ha hecho y ha dicho, desde mi punto de vista clínico, no hace falta que nadie me venga a dar clases, ni nadie me venga a decir, como revolucionario, qué es lo que yo tengo  que hacer.
Hay que asumir en ese sentido una actitud muy combativa, y eso lo sintetizo en una frase: quien quiera seguir siendo revolucionario tiene que librar su propia guerra, sus propias batallas y correr los riesgos que le vengan encima…yo  no me voy a morir triste, apesadumbrado, ni pensando, a última hora, que debí haber dicho esto y no lo dije. Me voy a morir tranquilito.
…seguiré haciendo uso de mi derecho, como revolucionario, a criticar todo lo que debo criticar, yo no voy a tirar mi carnet del partido, ni del CDR, ni mi libreta de abastecimiento…esa es mi posición, es la posición que hay que asumir porque esa es la posición a que Raúl nos está llamando. Hasta aquí la síntesis de las palabras de Esteban Morales.
Ante Esteban Morales solo se puede sentir admiración por la vibrante defensa que hace a la Revolución, su discurso sincero puede parecer subversivo sólo a quienes afecte. Nunca será a la Revolución Cubana de quien es hijo legítimo. Al volver a oírlo se percibe claramente los puntos de coincidencia entre estos planteamientos y los expuestos en la Universidad de La Habana por el gran disidente que es Fidel Castro en el 2005.
Tengo en mi poder mas partes de sus conferencias, en las que trató con claridad envidiable lo relativo al bloqueo de Estados Unidos contra Cuba, la campaña electoral de ese país, la conducta de la secretaria de estado del señor Obama, a la que conoce muy bien y ha caracterizado de forma excelente.
En el encuentro con el Dr. Esteban Morales Domínguez expresé entre otras ideas: Dr. después que usted no está en la Mesa Redonda, la Mesa Redonda no es la misma. ¿Cuándo volveremos a verlo pinchando a Taladrid analizando temas de la política imperial yanqui?


domingo, 29 de enero de 2012

Hace más de 50 años… (Sexta parte)Naborí y la Marcha Triunfal del Ejército Rebelde.







En mi larga vida profesional he tenido el sublime placer de conocer y tratar a relevantes personalidades, nunca me he conformado con leer acerca de…he tratado de conocer los protagonistas. Es por eso que en el lejano 1983 conocí a Naborí (así lo tratábamos) una de las personas más nobles, sencillas y grandes que he tratado. Él falleció hace varios años. Yo lo recuerdo con agrado junto a su novia eterna: Eloina.
A fines de marzo de 1984 visitó mi humilde casa en el Batey del central George Washington, se reunió con todos los alumnos de la escuela que yo dirigía (hasta que me separaron (botaron) del cargo injustamente), con los maestros y la comunidad.
Pronunció una hermosa conferencia sobre la cultura, fue lo que le pedí, que conservo grabada e inédita. Luego algunos participantes leímos parte de su obra. Yo leí la Marcha Triunfal del Ejército Rebelde tal y como la había copiado de la revista Bohemia en la Edición de la Libertad. Al final el Poeta dijo que faltaba un hermoso poema en esa fecha: Elegía de los zapaticos blancos. Entonces, en medio de una emoción sin precedente, Naborí declamó ese monumento poético contra la guerra.
Al siguiente día, en mi casa, me explicó que él había compuesto La Marcha…entre el 1 y 9 de enero de 1959 , que luego le había hecho algunos cambios, y me pidió la que yo había leído mecanografiada y con la delicadeza que lo caracterizaba le hizo las correcciones, de lo cual muestro copia fotostática. Le pedí la autografiara y escribió lo que se puede observar. Naborí era la Poesía personificada.
Visité a Naborí-Eloína varias veces y los atendí en Santa Clara, alguna vez a Eloína hubo que hospitalizarla en esta ciudad el poeta, ya sin luz, siguió sus actividades. Visité a Eloína y me pidió no avisara a su familia. No era nada trascendente.
Naborí era un comunista convencido. Después de asesinado Jesús Menéndez, el 22 de enero de 1948, el poeta fue contratado, junto a otro, para cantarle al Presidente y cercanos colaboradores, en La Cabaña. Naborí aceptó. Pero en medio de su improvisación hizo una enérgica denuncia a los asesinos de Menéndez. Uno de los colaboradores del Presidente le dijo a Naborí que no cantara sobre ese tema que él no conocía bien. Le pagaron y fue invitado a abandonar el lugar.
De él se dice que era un insólito despistado. Vivía en una casa humilde y él no aceptaba otra en la capital. Eloína y algunas personas relevantes se confabularon. El poeta viajó a provincia y se produjo la mudada. Luego del poeta residir en su nueva casa, se dice que volvió a la anterior y ya allí preguntó donde estaba Eloína. Eloína me contó que lo acompañó en una ocasión a una actividad en Matanzas y al concluir la misma todos se fueron. Naborí olvidó a su eterna novia y debieron regresar por ella.
Naborí y Eloína perdieron a uno de sus hijos muy niño, Noel. Nunca le hablé a ninguno de los dos de ese hecho; me conformé con saber de ese suceso por Elegías a Noel escritas en 1955, tres meses después de la muerte del niño. De esas elegías me conmociona siempre la Elegía al cuchillo que expresa en una de sus partes: hace tres meses justamente/que para siempre te me has ido./ Esta mañana, sin embargo,/ sobre la mesa vi un cuchillo/ y me saltó un temor:/ que pudieran herirse tus manitas de lirio./ Cuando fueron mis manos/ a cambiarlo de sitio/ comprendí lo terrible….
A Naborí le debo muchas cosas, por ejemplo, que me presentara a grandes como son José Zacarías Tallet, Nicolás Guillén, Ángel Augier y otros cuya amistad cultivé y conservo autografiados libros suyos, pero sobre todo el privilegio de contar con su afecto y el de Eloina. En su casa, sin embargo, pasé un momento desagradable. Llegué con mi hijo menor Yosvany y mi madre (de muy fuerte carácter) enseguida Eloina me preguntó que deseaba tomar y el Poeta le dijo que de seguro lo que deseaba era café…pues Arístides dice que tú haces el mejor café de La Habana. Nos trajo café a los dos y al niño dulces. La vieja tomó su café en silencio, expectante, y dijo retadora:
-Sí, pero este no es el de la bodega.
No recuerdo la reacción de los ilustres anfitriones. En cuanto a mi vieja yo la hubiera amordazado. Por lo menos. Era en realidad el mejor café que yo tomaba en La Habana.
Este año 2012 nuestro Poeta Nacional Campesino llegaría a su 90 aniversario el 30 de octubre, pues nació en esa fecha de 1922, en humildísimo hogar campesino. Naborí merece una buena biografía, que tendrá que incluir a Eloína no sólo como esposa. Me he extendido pero deseo compartir una anécdota.
Siendo muy niño Jesusito pasó delante de una casa en donde había una bicicletica, la tomó y llevó para su casa como una joya infantil. El padre le preguntó. Montó a caballo puso delante el pequeño juguete y al niño detrás, al anca del caballo. Llegaron al lugar de los hechos y el padre exigió al niño devolverla y explicar lo sucedió. Le pegó en sus manecitas. Arístides, aun hoy cuando veo un bolígrafo al ir a cogerlo he sentido el dolor en las manos, me dijo un día.
A esos padres, de poca cultura y muchísima ética los necesita el mundo de hoy. También necesitamos muchos hombres como mi amigo el Indio Naborí. Y como Eloína, la musa del poeta, la lealtad personificada, la que hacía su guardia cederista junto a Celia Sánchez Manduley, su vecina y amiga.

lunes, 2 de enero de 2012

Un niño jugaba con calaveras…



En el largo trayecto recorrido por los cubanos en 500 años de historia y distintas etapas hemos tenido experiencias diversas. El siguiente es un ejemplo de ello. Los datos y la foto han sido tomados de la centenaria Revista Bohemia correspondiente al 1 de febrero de 1959 en su página 75.
No es mi intención mencionar los nombres de los protagonistas de este espeluznante drama; sólo deseo recordar parte de lo acontecido en nuestro devenir histórico por razones obvias.
En el año 1958 había en Cuba una guerra civil, que fue inevitable, para sacar a Fulgencio Batista Zaldívar del poder al cual había llegado el 10 de marzo de 1952 por medio de un golpe de estado. Batista era muy inteligente y comprendió que su acción sería apoyada por los Estados Unidos de Norteamérica. No se trataba de sacar al presidente Carlos Prío Socarrás del poder, sino evitar que llegara al mismo el Partido del Pueblo Cubano (Ortodoxo), fundado por Eduardo Chibás, que tenía un sólido respaldo popular, lo que no significa que fuera socialista ni revolucionario.
El señor Batista era bien conocido de los cubanos por su participación en las acciones del 4 de setiembre de 1933 que habían sacado del poder a Carlos M. de Céspedes (hijo) el cual había sustituido, unas semanas antes, al Asno con Garras, Gerardo Machado, luego de un formidable movimiento popular. Desde entonces Batista fue el Hombre fuerte de Cuba. Luego llegó al poder por la vía electoral en 1940 hasta 1944.
Entonces Batista se fue al exterior (USA) a disfrutar sus millones, cuando trató de regresar, el entonces Presidente Dr. Ramón Grau San Martín (a quien conocí y del que escribiré) le advirtió que sus muchachos tenían el gatillo muy alegre. Batista no regresó. Luego resultó electo el Dr. Carlos Prío Socarrás para el periodo 1948-1952 y le permitió a Batista regresar quien de inmediato empezó a conspirar. Ciertamente Batista contaba con respaldo en el Ejército al que consideraba suyo.

En el poder de nuevo desde marzo de 1952, Batista gobernó por medio del chantaje, la fuerza, los asesinatos, el soborno… para lo que contó con el respaldo del gobierno de los Estados Unidos de América.
La represión salvaje a que sometieron a los cubanos no debe ser olvidada. Seres sedientos de poder y dinero cometieron las mayores atrocidades posibles: clavar clavos en la cabeza de revolucionarios, introducir ratas en la vagina de las combatientes, sacar uñas, ojos, etc, etc, fueron prácticas habituales en los cuarteles de la tiranía batistiana para frenar el avance revolucionario.
En enero de 1959 tras la huida de Batista hacia República Dominicana, la mayoría de los principales asesinos pudo abandonar el país y acogerse al refugio dado en USA. Algunos fueron capturados y juzgados públicamente.
La foto que ilustra este trabajo, que es el objetivo principal del mismo, fue tomada de manera casual por un fotógrafo profesional de manea espontánea; no hubo preparación del escenario. César el niño de 13 años jugaba, con increíble candor, con las calaveras que le facilitaba su padre.
En la residencia de ese militar, ubicada en Manzanillo, en el Oriente cubano, fueron encontrados los restos de numerosas víctimas asesinadas por el padre del niño.
Ante hechos de esta naturaleza a los seres humanos nos resulta imposible comprender la conducta de personas convertidas en bestias capaces de asesinar y luego disfrutar sus crímenes de esta forma.
El padre que haya actuado de esa forma ¿merecerá serlo? ¿Qué habrá heredado el niño, además de su orfandad? ¿Supo ese padre algo de lo que escribió José Martí? ¿Tendría algún Dios?
Fueron muchos los hechos sangrientos de que nos hicieron víctimas. Son hechos trascendentes que no debemos olvidar. Los que cometieron esos crímenes nacieron en este archipiélago…

sábado, 31 de diciembre de 2011

…Yo vi fusilar a Sosa Blanco.Hace más de 50 años… ( primera parte)







Nelson Velázquez Santisteban fue miembro del M-26-7 allá donde residía entonces en San Agustín de Aguarás, Holguín. Lo recuerdo, siendo yo un niño, pegado a un vetusto radio oyéndolo atentamente. Luego supe que era Radio Rebelde desde la Sierra Maestra. Al triunfo de enero de 1959 se incorporó como soldado a la Caravana de los Barbudos en viaje hacia La Habana en donde fue situado en La Cabaña. Me narró cosas muy interesantes, alguna de las cuales compartiré con ustedes, si así lo desean. Reproduzco su relato literalmente:

(Jesús) Sosa Blanco era un hombre muy inteligente, se había pulido en las escuelas militares, de cadete pasó a ser profesor de la escuela de cadetes de ahí después lo mandan para Oriente con una tropa.
Cuando él está en capilla ardiente, como se dice, en La Cabaña condenado a muerte empiezan los rumores de que él (Sosa Blanco) era casado con una hermana de (Manuel) Urrutia, que no lo iban a fusilar que le iban a conmutar la pena de muerte. Entonces ¿Qué pasaba? La Comisión Depuradora trataba de investigar todo lo más que pudiera de…
ARV ¿Tú pertenecías a la Comisión Depuradora?
-Coño… ( se busca en el bolsillo de la camisa)
ARV ¿Todavía tienes el Carnet de la Comisión Depuradora?
Como no lo voy a tener…lo tengo, yo lo tengo aquí (Lo muestra y copio). Entonces (continua) a los oficiales que estaban de investigadores él no los dejaba llegarle. No les contaba, ni nada, Entonces ellos estaban preguntándose cómo podían llegarle a Sosa Blanco.
Yo dije voy a ir, yo trabajo en la oficina yo voy a tratar de hablar con él. Fui un día pasé frente a la celda donde lo tenían que daba a un pasillo al que tenía acceso la gente. Pasé por allí y lo saludé y él me saludó. Pensé, yo tengo que buscar la forma de como entrarle pero vi que tenía un perrito así (hace un gesto indicando que era pequeño).
El no estaba durmiendo en la litera, él había tirado el colchón así que daba a la reja en que estaba…que daba para el pasillo.
El estaba ahí con el perrito, el perrito salía y yo me dije por aquí es por donde le voy a entrar. Al otro día fui, me puse donde él no me viera y el perrito salió. Vino el perrito, yo lo llamé y vino hasta donde yo estaba y ahí lo agarré. Estuve un ratico, después fui para allá y no se si le dije Coronel o Comandante:
Mire ¿este perrito es suyo? Me contestó: Si ese es mi perrito.
Le digo mire andaba por allá y si lo deja salir mucho con lo bonito que está es capaz que se lo lleven. Caramba tráemelo para acá, me dijo.
Lo cogió. Yo sabía que él era de Pinar del Río, pero le dije: ¿Usted por casualidad es de Oriente? No yo soy de Pinar del Río me respondió.
¡Ah usted es de Pinar del Rio! ¿ y cómo usted cayó allá?
Yo me metí en el ejército y de ahí empecé a estudiar, lo primero que hice fue ir a una escuela de cabo, después fui a otra escuela y me ascendieron a sargento, después con eso que había estudiado me metí en la escuela de cadetes, me hice cadete y me pusieron de profesor en la Escuela de Cadetes.
¡Ah! entonces usted subió y después de eso es que usted fue para Oriente.
Si me designaron para Oriente yo fui (no recuerdo si me dijo que había ido para el Alto Mando de Bayamo) a mi me designaron para allá por la Sierra Maestra.
Yo si conocía la trayectoria que él había hecho del regimiento de Holguín con una tropa y que llegó a San Andrés pero allí se encontró que estaba parte de la tropa de Sardiñas. Ahí estaba el capitán Piti Fajardo que le puso una emboscada en que murieron cuatro casquitos y Piti también resultó herido.
Pero allí Sosa Blanco mató a Pepe Piña ¿tú no llegaste a conocer los Piña de San Agustín? Lo mató y lo obligó a abrir el hueco para enterrarlo a el y otro más. Entonces viró para Holguín, porque era un matrero del cará.
En Holguín se buscó un tanque Sherman y un lanzallamas y volvió a coger la ruta. Dicen los que recibieron las órdenes que dijo: De ahora pa” lante todo lo que se vea vivo hay que matarlo. Él le tiró a un muchacho que se escondió detrás de un árbol, quemó casas de yaguas y guano (bohíos) con lanzallamas y gentes dentro. Quemó 120 casas en esa trayectoria. Dejó de quemar casas cuando llegó a las tierras del central Chaparra (Jesús Menéndez, hoy), no podía seguir dando candela porque había cañas y propiedades de los americanos.
Él me hace la historia. Yo le digo pero venga acá, dicen que usted está condenado a muerte, entonces me dijo:
-Bueno, yo estoy condenado a muerte pero fíjate lo que te voy a decir si esto diera dos meses para atrás yo sería el mismo oficial Sosa Blanco que ustedes conocieron en Oriente, porque yo sabía que el pueblo era enemigo del ejército y el ejército era el enemigo del pueblo.
Luego pasaron los días, pero fíjate como era eso que dentro de las filas del Ejército Rebelde, por la forma en que se comportaba ya le tenían simpatía al asesino aquel. Se sentían atraídos por el coraje, que ni se arrepentía y tú lo veías sonriente. Y llegó el día del fusilamiento. Yo vi fusilar a Sosa Blanco.
Llegó allí con tres más, llegó el carro, todo lo de arriba de La Cabaña estaba lleno de guardias y abajo en redondo completo estaba lleno de guardias para ver el fusilamiento.
Cuando se bajó con el capitán Herman, esposado saludaba: Hey muchachos ¿como están? Saludando estuvo ahí, parece que era una orden que lo dejaran y él estuvo conversando con todo el mundo y se reía. Cuando se cansó de aquello le dijo al capitán Herman:
-Yo quiero que usted me quite las esposas porque quiero morir libre.
El americano aquel llegó, le quitó las esposas, ya sin esposas fue y se paró al frente del pelotón y les dijo:
-Bueno muchachos yo quiero que ustedes me perdonen porque yo de antemano los perdoné a ustedes.
Le dijo al capitán que él quería dirigir el pelotón. Fíjate que clase de tipo era, se paró de espaldas al paredón aquel, estaban los 7 hombres formados y dijo:
Pelotón ¡Atención! Y tuvo el valor de decir: Capitán aquel hombre no está en perfecta atención.
¿Usted sabe lo que es eso? Cuando dijo ¡Fuego! Se tiraron una cantidad de guardias a coger los casquillos de las balas con que se había fusilado a Sosa Blanco, muchos se quemaron las manos.
Era un asesino, era un fascista, era como ver un oficial hitleriano. No tenía compasión de nada.
Hasta aquí el testimonio de mi primo, dado por primera más de 50 años después. Los familiares de las víctimas de Jesús Sosa Blanco, los familiares de él, el pueblo cubano todos sufrimos la ferocidad de aquella dictadura. Cuba tiene una historia muy hermosa en los últimos 60 años que está por escribirse. Para mí ya es hora…