miércoles, 22 de julio de 2009

La gran traición de José Manuel Zelaya Rosales.

Los latinoamericanos estamos siendo testigos de un dramático episodio desarrollado en la hermana República de Honduras desde el día 28 de junio pasado cuando militares encapuchados secuestraron y sacaron por la fuerza de su país, en ropa de dormir, la legítimo presidente de esa nación, en un golpe que es, en rigor, contra todo el continente y no contra esa nación centroamericana.

Estamos ante un hecho que los mas sagaces políticos no habían descartado: los gorilazos aunque muchos pensaban, sin embargo, que esos procedimientos pertenecían al pasado más reciente. La situación ya se va haciendo insostenible para el pueblo hondureño que lleva muchos días enfrentándose a los fascistas que lo han reprimido con violencia inusitada, la única posible para esos verdugos que están viendo el avance de la integración latinoamericana.

Mel, como es conocido el Presidente en su país, llegó al poder el 27 de enero de 2006 por el Partido Liberal Hondureño, hombre de negocios y con amplia experiencia política trató, y logró en buena medida, de hacer avanzar a su Patria. Eso explica que se adhiriera al ALBA, que es un proyecto que Obama no ha criticado pero que sin duda le ha preocupado. Eso fue la gran traición de Zelaya…a su Partido y la oligarquía no a su pueblo.

¿Qué ha buscado Zelaya? Sólo mejorar la calidad de vida de sus compatriotas, hacer un poco de justicia con los desposeídos, poner en su lugar algunas cosas y en ese empeño ha chocado con un reducido grupo de poderosas familias que no le pueden perdonar que ponga en peligro sus privilegios seculares.

En estos días he visto mujeres y jóvenes dando lecciones de coraje y dignidad envidiables: Cristina Fernández, Patricia Rodas, Adriana Sívori que desde el escenario de los acontecimientos nos mantuvo al tanto de los tensos momentos de espera del Presidente de la Asamblea General de Naciones Unidas y del Presidente Zelaya allí en el aeropuerto por donde esperaban los hondureños a su presidente y donde debieron pagar muy caro su patriotismo pues francotiradores asesinaron e hirieron a varios manifestantes entro otros el jovencito, Isis Murillo a cuyo padre detuvieron posteriormente porque estaba formulando declaraciones contrarias al gobierno de Goriletis, como si se pudiera hacer otra cosa ante el asesinato selectivo de un hijo.

Zelaya no pudo encontrarse con su pueblo, le impidieron aterrizar lo que demuestra impotencia y cobardía pues era una magnífica ocasión para detenerlo y someterlo a juicio por los delitos que le imputan.

La comunidad internacional se ha pronunciado en contra del golpe, sin embargo, el único que habría podido hacerlo con éxito no lo ha hecho: el gobierno de Estados Unidos de Norteamérica. Por el contrario Obama no ha retirado su embajador de Tegucigalpa, ni ha ejercido presión diplomática o financiera alguna por ejemplo. Sus tibias declaraciones hacen pensar varias cosas.

Es posible que a Obama le hayan servido el golpe de estado a Honduras igual que a Kennedy el ataque a Bahía de Cochinos en 1961 y no haya sido capaz, o no haya podido impedirlo. Es probable también que el Presidente Obama acepte el procedimiento que motivará que en lo sucesivo se produzcan los golpes de estado en este continente en serie y volvamos a los días tenebrosos de Mandantes como Pinochet asesinando de manera masiva.

Nunca he creído en ningún Presidente norteamericano por muy bueno que lo pinten sus biógrafos pues son en definitiva servidores de poderosísimos intereses y no de pueblos incluido el norteamericano, sin embargo, no puedo emitir opinión definitiva sobre Obama tan maltratado por el Canciller de facto que fue relegado de esa función por ello pero con un ligerísimo castigo. Lo cierto es que con una llamada telefónica de Obama a su Embajador en Tegucigalpa se habría resuelto todo, pero el no ha querido ni su Secretaria de Estado tampoco.

Muy por el contrario han engendrado una mediación que no es más que una estratagema para ganar tiempo, para acostumbrarnos a que Goriletis no es un golpista sino un Presidente, para lo que cuentan con poderosos medios como la CNN. No confío en el mediador.

Sigo confiando en Zelaya y en Patricia pues los dos han demostrado audacia, inteligencia y amor a su pueblo pero parece que ya hacen mucha falta dentro de Honduras.

Frente a la pantalla de mi televisor chino sufrí como si los golpeados en espera de Zelaya hubiesen sido mis hermanos porque lo son y mientras se observaban las imágenes de aquel atropello a un pueblo desarmado y noble por otra parte del pueblo, armado e innoble, salieron al aire los versos de Guillén en donde él dice:

No se porque piensas tú soldado que te odio yo si somos la misma cosa tú, yo... lo que me llevó de nuevo a la UNEAC en donde a mis alumnos Nicolás les declamó con su gruesa voz ese poema hace muchos años. Esos soldaditos que reciben una paga por atropellar sus hermanos no conocen a Nicolás y de seguro tampoco a Neruda, José Martí y otros tantos que han luchado para que ellos sean libres también. Duele, pero para ellos es también el ALBA.

Hoy se cumplen 20 años del fallecimiento en La Habana del gran Poeta que recibió varias veces solo o con mis alumnos o familiares. Era de los grandes. Su cultura era colosal y su sencillez inmensa permitía que cualquier mortal hablara con él. Entre las cosas grandes que me llevaré a lo desconocido algún día estarán su imagen, sus labios inmensos, sus canas venerables, su generosidad y el Nóbel que no le dieron porque era comunista y el recuerdo de aquellos versos dedicados a los soldados que masacran a sus hermanos.

Desde hace muchos años aprendí del Che que…al imperialismo… ni tantico así. Parece que ya en Honduras le hemos dado al imperio más de un tantico así. Ojalá esos soldaditos conocieran la obra de Guillen.

Aristides
Santa clara, julio 16 de 2007

No hay comentarios: