domingo, 19 de septiembre de 2010

Ayúdenos a evitar el dolor de esta Madre…


He recibido de mi amigo argentino-cubano esta entrevista hecha por él auna de las Madres cubanas a las que el Presidente Obama impide compartircon sus hijos presos injustamente en USA. ¿El poderoso gobierno de EstadosUnidos de América se debilitará indultando, más que a esos Cinco hombres,a las Madres que aun viven? Por favor Presidente haga algo por el Nobelque usted ha recibido. Diego y Mirta (Cuba) para ustedes

"Tuve que mantener absoluto silencio durante tres años”

Por Diego M. Vidal internacional@miradasalsur.com
Mirta Rodríguez, madre de uno de los prisioneros cubanos durante su reciente paso por Buenos Aires.

El sábado 12 de septiembre de 1998, la Oficina Federal de Investigaciones (FBI) realizó una serie de operativos simultáneos en Miami cuyo saldo fue la detención de 10 personas de origen cubano y estadounidense. De inmediato fueron acusados de integrar una red de espionaje. El gobierno cubano los reconoció como agentes del servicio de inteligencia de la isla, pero adujo que su tarea principal era vigilar las actividades de los grupos anticastristas más radicales para desbaratar cualquier atentado o ataque que estos pudieran efectuar contra Cuba.
Mirta Rodríguez Pérez, la madre de uno de los apresados, llegó a la Argentina en pos de lograr romper el silencio informativo que existe sobre este tema. “La prensa para nosotros no ha sido buena”, se queja. Camina con dificultad, por una reciente operación de cadera, pero no deja de recorrer ciudades y despachos en busca de solidaridad con la causa de su hijo Antonio Guerrero y los otros cuatro cubanos que purgan largas penas en diferentes prisiones norteamericanas. Ni bien se encuentra frente al cronista, su condición de madre la traiciona y comienza una dolorosa catarata de consideraciones maternales sobre Tony, aún antes de ver el grabador encendido.
“Lo que más me ha dolido y me ha martillado es verlo en esta prisión de máxima y en un estado en que todas las prisiones son malísimas. Le costó mucho trabajo”, dice y el recuerdo le asoma una luz de tristeza en los ojos. Se limpia la nariz con la excusa del frío, la lluvia de ese día porteño y un breve resfrío que la asalta. Acomoda su cuerpo en el asiento y, más erguida que al principio de la charla, repasa con Miradas al Sur el comienzo de esta historia.
“Yo acababa de venir de los Estados Unidos y había estado dos meses visitándolo, pasé el día de la madre con él y regresé en mayo del ’98. En septiembre mi hijo cae preso.”
–¿Cómo recibe la noticia?
–El lunes (posterior a la detención) aparece mi hija en mi casa antes de tiempo de su trabajo. La veo extraña porque se sienta conmigo, que estaba en la sala, y hablamos lo normal pero yo sentía que había algo raro que no me confesaba. Como a la hora y pico llegan unos compañeros y entonces ella me dice: “Mira mami, estos compañeros vienen a hablar con nosotros”. Ahí me dicen que venían a darme la noticia de que se había detenido una red de cubanos y que uno de ellos era mi hijo. Bueno, ya te puedes imaginar… En ese momento yo no lloré, no entendía. Son cosas que te dan así y que tú no las entiendes. Ellos empiezan a decir que teníamos que mantener un silencio absoluto tanto en la familia como en la población que me rodeaba.
–¿De qué manera continúa su vida entonces?
–De ahí en más tuve que mantener silencio durante tres años. Fue en 2001 cuando se da a conocer a la población.
–¿Cree que puede haber un cambio en la política del gobierno de Estados Unidos sobre este caso?
–Tú te das cuenta, cuando lees todo, el ensañamiento, de odio político, de todo, que se ha generado en el caso de nuestros hijos por el hecho de representar a Cuba. Allí lo ven como si fuese Cuba a la que se está juzgando, no los hechos que han ocurrido. Han pasado 12 años, es mucho tiempo de esta injusticia.
–Hace un par de meses se vio que la Iglesia Católica cubana tuvo una posición muy fuerte reclamando por los disidentes presos en Cuba. ¿Ustedes recibieron el mismo trato?
–Hemos estado en todas las organizaciones religiosas de Cuba. Todos nos han acogido, nos han dado su apoyo. ¿Te crees que me van a dar una visa (el gobierno de Estados Unidos) y permitirán ir a ver al cardenal, ir a Nueva York para entrevistarme con obispos o algo para decirle mis problemas? Al principio se pensaba que iban a cambiar a nuestros hijos por los disidentes y nosotros decíamos que era criminal, que no hay comparación.
–Como reconocer que son culpables…
–Exacto. Pero de todas maneras, esto también es político. Nosotros tenemos siempre un principio y es que nuestro gobierno actúa con todo respeto porque nuestro pueblo es un pueblo informado. Todas las decisiones que se hagan, debemos siempre pensar que son provechosas. Es así, yo no puedo ir como fueron estas señoras (las Damas de Blanco, madres y esposas de los disidentes) y como fue esta iglesia a interceder por ellas porque a mí no me dan la oportunidad de ir. Esa es la realidad.
• EL JUICIO MÁS LARGO DE LA HISTORIA DE ESTADOS UNIDOS
Como resultado de uno los procesos judiciales más largos de la historia de Estados Unidos, y tal vez el que mayores cuestionamientos de imparcialidad y manipulación ha recibido tanto dentro como fuera de esa nación, cinco de los 10 supuestos espías continúan en prisión bajo severísimas condenas. Fueron sentenciados a cuatro cadenas perpetuas más 77 años, confinados a diferentes cárceles, sin ningún tipo de comunicación, y alojados en celdas de castigo sin mediar razones que justificaran esa medida.
La acusación se basó en pruebas compuestas por mapas y publicaciones que están al alcance de cualquier individuo, pero nunca se hallaron elementos vinculados con la seguridad nacional ni papeles secretos de ningún organismo militar o civil. Incluso la defensa aportó más de un centenar de volúmenes de testimonios, 20 mil páginas de documentos y la opinión de tres generales del ejército y un almirante de la marina de Estados Unidos que refutan los cargos.
En el 2009 la Corte de Distrito de Miami debió dar vista a un recurso de re sentencia, donde la propia jueza reconoció que no hubo evidencia de obtención y transmisión de información secreta. Sin embargo, fueron nuevamente condenados por “conspiración para cometer espionaje”:
• Antonio Guerrero Rodríguez: 21 años y 10 de prisión más cinco años de libertad supervisada.
• Fernando González Llort: 17 años y 9 meses de prisión.
• Gerardo Hernández Nordelo: dos cadenas perpetuas más 15 años de prisión.
• Ramón Labañino Salazar: 30 años de prisión.
• René González Sehwerert: 15 años de prisión.
Gerardo Hernández y René González deben agregar a esto la negación de visas a sus esposas por parte de las autoridades estadounidenses.
Nueve Premios Nobel, más de 6.000 artistas e intelectuales, iglesias, dirigentes y gobernantes del mundo entero y hasta ex funcionarios como Lawrence Wilkerson, ex Jefe de Despacho del Secretario de Estado de George Bush, Colin Powell, quien consideró todo el juicio como “una farsa”; se han manifestado por la liberación de Los Cinco.

Fuente:http://sur.elargentino.com/notas/tuve-que-mantener-absoluto-silenci...

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