jueves, 18 de junio de 2009

Mi Comandante y mi Hermano…


Mi Comandante y mi Hermano…
Hace cincuenta años justamente era yo auxiliar de limpieza en la
consulta de la Dra. Delsa Peñaranda Díaz situada en la calle Máximo Gómez No. 118 casi esquina Frexes en la ciudad de Holguín, tenía 14 ó 15 años y, sin
duda en un descuido de mi patrona, (excelente persona) me ubiqué en el balcón a curiosear lo que sucedía en la calle.

Estando allí vi llegar un carro del que descendieron varios Rebeldes, como
llamábamos entonces a los miembros del Ejército Rebelde, comprendí que uno de ellos, un rubio de ojos azules con una estrella en su uniforme no quería entrar y pude percibir que se negaba a inyectarse.

Debí abandonar mí puesto de observación y no supe más hasta casi 50 años después…
Hace algunos años escuché por la emisora nacional cubana Radio Rebelde a
un colaborador cercano del Che hablando de su antiguo Jefe en un tono
muy coloquial y tan agradable que quise conocerlo. Hablé con Enrique Oltuski
Ozacki, a quien conocía de Santa Clara, y él me puso en contacto personal con
Edison Velázquez que era la persona que había escuchado por la radio.

Al encontrarnos hubo una mutua simpatía, yo veía en él al hombre que
estuvo trabajando con el Che mucho tiempo y él veía en mí al profesor
preocupado por la divulgación histórica.
Del Comandante del que hablé al inicio sólo tenía la presunción de que
se trataba de Delio Gómez Ochoa por lo que me habían dicho entonces, pero
luego de 1959 poco se hablaba en Cuba de este Comandante Rebelde.

Un buen día al encontrarme con Edison en su oficina me dijo que acababa
de regresar de llevar a Delio a su casa procedente de un chequeo medico mi
impresión fue tan elocuente que Edison me preguntó si yo conocía al
Comandante. Le dije que no pero que yo quería saludarlo. Unos días más
tarde visité al Comandante en su casa.

Le conté lo sucedido en los primeros meses de 1959 en la consulta que
estaba al lado de aquella en que yo trabajaba y me dijo que efectivamente
era él el comandante que yo recordaba pero que no se trataba de que él
le tuviera miedo a las inyecciones sino que ya se había aplicado varias sin
resultado alguno.

Holguinero el Comandante hablamos de varias personas que ambos
Conocíamos de los días aquellos en que el visitaba el periódico Norte: Elías Pavón
Tamayo, José Ángel Pupo Mendoza, José María Arias Torres, Dr. Rodríguez Pedrero, etc. La conversación giró hacia temas históricos.

Hemos tenido después muchas conversaciones personalmente y por teléfono.
Por él conocí casi todo lo relativo a la primera misión internacionalista
de la Revolución Cubana luego de que se publicara en República
Dominicana su libro La victoria de los caídos, supongo que hacia el 2006.
Leí el libro y luego tuve el privilegio de discutir con su autor detalles
interesantes, como por ejemplo, su encuentro con el Dictador dominicano
Rafael Leónidas Trujillo Molina a quien desafió hablando bien de nuestro
Mayor General Máximo Gómez Báez (extranjero a quien se le concedió la
ciudadanía cubana por nacimiento igual que a Ernesto Guevara) ante la
crítica hecha por Chapitas al Generalísimo. Por él supe de las torturas
que sufrió, tanto físicas como sicológicas en las cárceles de aquel
salvaje que convirtió su país en su feudo personal, apoyado por USA.

En 1961 cuando Trujillo resultó ajusticiado en un encuentro con
los revolucionarios que lo esperaron en el trayecto hacia una de sus fincas
en República Dominicana ese gobierno decidió liberar a Delio
Gómez Ochoa que había conservado la vida por la mediación de alguien que
había sido condiscípulo de Ramfis, hijo mayor de Trujillo y alto jefe
militar entonces.

Supe detalles de aquella gesta que no significó una intervención de Cuba
en los asuntos internos de esa hermana nación pues de los hombres que
desembarcaron en Constanza, Maimón y Estero Hondo en junio de 1959 había
sólo 20 cubanos y 151 dominicanos además de hombres de otras
nacionalidades

Los cubanos sólo cumplimos con Gómez, de regreso en Cuba Delio Gómez Ochoa cumplió las tareas que le fueron asignadas y siguió siendo leal a su Jefe de siempre. Sin embargo muy pocos cubanos conocían lo sucedido, hoy viernes 12 de junio de 2009, a casi 50 años de conmemorarse los sucesos, el periódico Granma devela en su
primera plana la historia casi inédita de la que Delio Gómez Ochoa es
Protagonista principal.
Al ver dos páginas de Granma dedicadas a la primera misión internacionalista de Cuba Revolucionaria, apreciar las fotos de Camilo con Delio, de Jiménez Moya, dominicano Jefe de la expedición he sentido una alegría inmensa y creo que es un formidable reconocimiento a los patriotas cubanos caídos y al Comandante amigo que este año celebrará su 80 cumpleaños y con quien no he podido hablar porque está en República
Dominicana donde es Héroe Nacional.

Por el comandante sé que está en proceso editorial su libro y pronto
estará al alcance de los lectores cubanos, importante oportunidad para
que nuestro pueblo conozca de la primera acción internacionalista en que se
derramo sangre cubana por la libertad de otros pueblos.

Delio es un hombre excepcional, su audacia y sangre fría son capaces de hacer perder la calma a cualquiera pues, por ejemplo, bajo un bombardeo feroz Delio caminaba hacia el refugio con la misma calma y serenidad que si fuera a visitar La Periquera en Holguín. Las balas y los métodos de Trujillo le respetaron la vida.

Delio ha tenido la gentileza de hablar con mis alumnos por teléfono para
responderle preguntas sobre la lucha en la Sierra Maestra en donde él
llegó a ser Segundo Jefe de la Columna 1 José Martí que era mandaba por el
Comandante en Jefe, luego dirigió la lucha clandestina en Cuba, y fundó el IV
Frente Oriental nombrado Simón Bolívar y que él deseaba se nombrara
Máximo Gómez.

Los libros de Historia me han enseñado mucho, sin duda, pero en mis conversaciones con Delio Gómez Ochoa he aprendido más de Historia de la Revolución Cubana que en todos los libros y he comprendido que esa historia fabulosa ha sido hecha por hombres y mujeres que se han convertido en Héroes y Heroínas, pero que son eso hombres y mujeres alcanzables y no fríos monumentos de bronce o de granito, aunque hay muchísimo de bronce y granito en Delio Gómez Ochoa.

Por haberme puesto en contacto con Delio Gómez Ochoa y otras personalidades relevantes de nuestra historia es que experimento por Edison una hermandad especial. jamás en estos años ha habido en él un no, me ha brindado ayuda diversa en momentos muy difíciles, he compartido con él alegrías y tristezas. Con él y con Tere, su esposa y aun hoy cuando escribo estas líneas con su ayuda, me quiere seguirme ayudando.

Si pude acercarme al comandante, que era el Jefe de Edison en la guerra fue por este y por Edison he sabido de Che. Edison ha sido grande conmigo muchas veces, cuando me ha contado que Che le pidió que lo llamara al amanecer para regresar a la habana en su avión Cesna y cuando llegó a la cama del argentino este estaba tan profundamente dormido que no tuvo fuerzas para llamarlo e incumplió su
orden, por lo que fue regañado, en otra ocasión cuando le orientó lo
mismo trató de despertarlo pero estaba tan profundamente dormido , por el lógico
agotamieno de su intenso quehacer diario , con un llamado corriente (el
cmdte se había tirado a descansar con su vestimenta de uniforme ), se
acercó a el y le tiro de la bota , lo hizo con fuerza excesiva y Che le gritó:
-Coño…edison me vas a arrancar el pie…

Pero Edison fue para mí especialmente grande cuando me confesó:
-Si, yo discutía con el Che, de tú a tú con voz fuerte, entonces
yo era muy joven y no sabía medir la diferencia que me separaba de esta inmensidad de hombre, su grandeza era tanta que lo admitía y lo propiciaba ,incluso lo provocaba.

Delio Gómez Ochoa y Edison Velazquez estarán por aquí a fines de año pues celebraremos el 80 cumple del Comandante cubano-dominicano, de él se me quedó grabado en la retina su mirada.

Fue el primer día que lo volví a ver, casi 50 años después, yo estaba emocionado, y atrevidamente le puse la mano en su ahora abultado abdomen y le dije desde el corazón:

-Gracias Comandante, por haberme liberado a mí y a mis hijos del pobre destino de vendedores de periódicos.
Sus ojos se tornaron más brillantes que de costumbre y sólo me respondió:
-Coño, no me digas eso.
El hombre que hay en mi vio, en ese momento, los más hermosaos ojos azules
del mundo.

Arístides.

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