sábado, 26 de junio de 2010

El Che Guevara no nació en Argentina.


Imagino la cara de sorpresa que pondrán las amables personas que me hagan el honor de leer estas líneas, a mis hermanas (nos) de Argentina, puede darles el deseo de llamarme por teléfono de inmediato para pedirme rectifique de inmediato. No lo haría. Lo ratifico: el Che no nació en Argentina.
Ignoro si es cierto o no que la fecha de nacimiento de Ernesto Guevara, oficialmente conocida, es exacta o no. Él recordaba su cumple el 14 de junio de cada año, hecho que se produjo, quizás no tan casualmente, en Rosario, Argentina. No creo que haya nadie con derecho a especular sobre detalles íntimos de la familia Guevara-de la Serna.
Lo cierto es que Ernesto Guevara habría cumplido este 2010, 82 años, aun cuando no lo podemos imaginar anciano.
Su niñez y juventud fue traumática por diversas razones pero la de mayor significación fue esa enfermedad que lo acosó toda la vida y a la que toda la vida venció de una manera espectacular.
Muy joven recorrió miles de kilómetros dentro de su patria chica, luego con Granado (sin s final) varios países de América y , ya médico, con Carlos (Calica) Ferrer realizó otro viaje que le permitió ser testigo de trascendentales acontecimientos en Guatemala. Uno de mis mayores orgullo es ser amigo muy cercano de Granado, conocer y haber compartido con Calica. Cada uno tiene sus características peculiares, pero son hombres excepcionales pues de no ser así no habrían sido amigos de Ernesto Guevara.
Luego de los dramáticos sucesos de la Guatemala de Arbenz frente al imperio de Dwigh Eisenhower ocurridos en junio de 1954 el Dr. Ernesto Guevara viajó a Méjico en donde se reencontró con una mujer excepcional que había conocido en Guatemala, la economista peruana Hilda Gadea.
Se dice que detrás de cada hombre grande hay una mujer excepcional, en el caso de Ernesto Guevara esa mujer fue Hilda Gadea; constituyeron una pareja de la cual nació Hildita (fallecida). Ella era unos años mayor que Ernesto y tenía una sólida formación filosófica, cultural y política lo cual debió, necesariamente influir en el joven médico.
Hilda Gadea conoció en Méjico a varios de los cubanos que se encontraban en ese país asilados luego de los asaltos a los cuarteles de la dictadura de Batista ubicados en Santiago de Cuba y Bayamo en el oriente de Cuba. Hilda le presentó a Ernesto al cubano Ñico López uno de los asaltantes. Hicieron amistad. Fue Ñico quien nombró al médico argentino Che. En torno a estos hombres grandes algunos hombres pequeños han lanzado infamias que no vale la pena refutar. También Ñico tenía una sólida cultura política.
El argentino, que siempre adoró su patria chica, asimiló el apodo con agrado y durante toda la campaña militar fue conocido como Che. Tanto fue así que documentos de trascendencia los firmó con ese apelativo simplemente. Luego de enero de 1959 ya ese era su nombre lo cual no siempre anduvo sobre ruedas. Cuando fue nombrado Presidente del Banco Nacional firmó simplemente Che, Luis Buch, Secretario de la Presidencia no estuvo de acuerdo. El argentino se mantuvo en sus 13 y la sencilla y significativa firma también.
Queda claro, entonces, que Ernesto nació en Argentina, pero Che, con mayúscula, en Méjico durante aquellos meses de duro entrenamiento, persecución, cárcel y limitaciones. Obviamente ya no pertenece ni a Argentina ni a Cuba. Eso si está fuera de toda duda.

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