Joaquín Quiroga y otros compañeros me invitaron a mediados de diciembre a visitar Catamarca, sobre todo, porque son solidarios con Cuba y consumados guevarianos. Pude comprobar que había una temperatura de 44 grados al arribar aeropuerto local, altísima para un caribeño, pero el calor de la solidaridad de Quiroga, Chanquía y otros compañeros y compañeras no se podía medir.
Lo que sucedió después fue una serie de emociones: develar un gran mural en donde aparecen los rostros de los desaparecidos de esa provincia junto a familiares de los mismos, visitar El Rodeo, lugares históricos como el Museo Arqueológico Adán Quiroga, apreciar los maravillosos paisajes catamarqueños, conocer más de sus héroes, saludar a antiguos conocidos…
La noche del 11 de diciembre sostuvimos un encuentro en el Colegio Nacional Fidel M. Castro, histórica institución docente que ha tenido entre sus alumnos a personalidades relevantes, allí hablamos de Cuba, del Che, del hostigamiento a que nos somete Estados Unidos de América desde hace mucho más de 100 años, José Martí y otros temas sugeridos por los presentes. Al final reprodujimos el Pase de Lista que se hace en el Memorial del Che en homenaje a él y sus guerrilleros. Fue emocionante. Hubo canciones cubanas, bailes y palabras hermosas. Al final aquellas personas que ya me habían homenajeado bastante me hicieron muy valiosos obsequios. No los mencionaré a todos pero no ignoro a ninguno. Debo decir que recibí libros tan valiosísimos que expresé mi deseo de que me permitieran, luego de leerlos, donarlos a la Biblioteca Nacional: El Shincal de Quimivil, del Dr. Rodolfo Raffino, de la Editorial Sarquís; se trata de una obra de elevado valor que nos acerca al mundo de los Incas, su origen esplendor y la decadencia a que nos condujo la llegada de los europeos a estas tierras en donde había ciudades con mayor nivel de desarrollo que Madrid, de la misma editorial recibí Antología de Literatura Catamarqueña obra de la joven profesora Celia Sarquís, El poeta Adán Quiroga fue otro de los libros que recibí de manos de sus descendientes, donde se estudia el aporte del ilustre poeta, jurista, arqueólogo, folklorista, periodista, historiador. Su genialidad le permitió abordar los más diversos temas. Es comprensible la devoción que experimentan por él descendientes y compatriotas.
Joaquín Quiroga me obsequió Calchaqui, monumento a nuestra cultura originaria que nos muestra centenares de ilustraciones que a la vez que nos ayudan en la comprensión del texto lo enriquece enormemente. Cuanta historia y cuanta gloria. Tiene razón Quiroga al decir con orgullo que aquella es la Meca de la Arqueología.
Hubo un obsequio muy especial de Quiroga, Artista del Lente, que no es lo mismo que fotógrafo. En su casa observé una bella foto de Juan Pablo, el Papa que visitó Santa Clara 22 de enero de 1998 ocasión en que lo vi muy de cerca como un privilegio especial. Quiroga notó el impacto causado en mí por la imagen y aun cuando traté de impedirlo la tomó del lugar y me la obsequió con esta dedicatoria: Gracias al cielo pude hacerle una foto a Su Santidad y poder regalarla a mi amigo Arístides, con mucho afecto. Joaquín Quiroga, el Rodeo, 11 de Dic, 2010.
De mis días en Argentina guardo los más hermosos recuerdos. La familia Chaya del Pino fue igualmente atenta conmigo en la histórica Alta Gracia lugar en donde el futuro Che Guevara encontró clima generoso. Carlos, Ana María, Lucas y Flor dejaron en mí el deseo de un nuevo encuentro. Lo habrá.
A Joaquín y su sobrino Carlos los conocía de Santa Clara, allá conocí a otros Quiroga, hombres y mujeres orgullosos de sus orígenes. A todos mi afecto más sincero. A Joaquín, Gestor de mi viaje al Valle Maravilloso, obsequioso y gentil, mi agradecimiento eterno y el deseo de tenerlo por la Ciudad del Che, y de todos los argentinos por extensión, para reciprocarle en pequeñísima medida sus atenciones. Nunca podré ofrecerles todo lo que ellos merecen.
Lo que sucedió después fue una serie de emociones: develar un gran mural en donde aparecen los rostros de los desaparecidos de esa provincia junto a familiares de los mismos, visitar El Rodeo, lugares históricos como el Museo Arqueológico Adán Quiroga, apreciar los maravillosos paisajes catamarqueños, conocer más de sus héroes, saludar a antiguos conocidos…
La noche del 11 de diciembre sostuvimos un encuentro en el Colegio Nacional Fidel M. Castro, histórica institución docente que ha tenido entre sus alumnos a personalidades relevantes, allí hablamos de Cuba, del Che, del hostigamiento a que nos somete Estados Unidos de América desde hace mucho más de 100 años, José Martí y otros temas sugeridos por los presentes. Al final reprodujimos el Pase de Lista que se hace en el Memorial del Che en homenaje a él y sus guerrilleros. Fue emocionante. Hubo canciones cubanas, bailes y palabras hermosas. Al final aquellas personas que ya me habían homenajeado bastante me hicieron muy valiosos obsequios. No los mencionaré a todos pero no ignoro a ninguno. Debo decir que recibí libros tan valiosísimos que expresé mi deseo de que me permitieran, luego de leerlos, donarlos a la Biblioteca Nacional: El Shincal de Quimivil, del Dr. Rodolfo Raffino, de la Editorial Sarquís; se trata de una obra de elevado valor que nos acerca al mundo de los Incas, su origen esplendor y la decadencia a que nos condujo la llegada de los europeos a estas tierras en donde había ciudades con mayor nivel de desarrollo que Madrid, de la misma editorial recibí Antología de Literatura Catamarqueña obra de la joven profesora Celia Sarquís, El poeta Adán Quiroga fue otro de los libros que recibí de manos de sus descendientes, donde se estudia el aporte del ilustre poeta, jurista, arqueólogo, folklorista, periodista, historiador. Su genialidad le permitió abordar los más diversos temas. Es comprensible la devoción que experimentan por él descendientes y compatriotas.
Joaquín Quiroga me obsequió Calchaqui, monumento a nuestra cultura originaria que nos muestra centenares de ilustraciones que a la vez que nos ayudan en la comprensión del texto lo enriquece enormemente. Cuanta historia y cuanta gloria. Tiene razón Quiroga al decir con orgullo que aquella es la Meca de la Arqueología.
Hubo un obsequio muy especial de Quiroga, Artista del Lente, que no es lo mismo que fotógrafo. En su casa observé una bella foto de Juan Pablo, el Papa que visitó Santa Clara 22 de enero de 1998 ocasión en que lo vi muy de cerca como un privilegio especial. Quiroga notó el impacto causado en mí por la imagen y aun cuando traté de impedirlo la tomó del lugar y me la obsequió con esta dedicatoria: Gracias al cielo pude hacerle una foto a Su Santidad y poder regalarla a mi amigo Arístides, con mucho afecto. Joaquín Quiroga, el Rodeo, 11 de Dic, 2010.
De mis días en Argentina guardo los más hermosos recuerdos. La familia Chaya del Pino fue igualmente atenta conmigo en la histórica Alta Gracia lugar en donde el futuro Che Guevara encontró clima generoso. Carlos, Ana María, Lucas y Flor dejaron en mí el deseo de un nuevo encuentro. Lo habrá.
A Joaquín y su sobrino Carlos los conocía de Santa Clara, allá conocí a otros Quiroga, hombres y mujeres orgullosos de sus orígenes. A todos mi afecto más sincero. A Joaquín, Gestor de mi viaje al Valle Maravilloso, obsequioso y gentil, mi agradecimiento eterno y el deseo de tenerlo por la Ciudad del Che, y de todos los argentinos por extensión, para reciprocarle en pequeñísima medida sus atenciones. Nunca podré ofrecerles todo lo que ellos merecen.
1 comentario:
Buenos dias desde Uruguay disculpa mi ignorancia pero podrías facilitarme biografía delescritor SANTA CLARA?
DESDE YA MUY AGRADECIDO atte.-
juancavalleri@hotmail.com
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