La noche de este 26 de julio ha sido muy larga para mí. Desde las 4 de la madrugada estaba en pie para asistir al Acto Nacional en homenaje a la fecha más alegre de la historia de Cuba. No niego que estaba preocupado pues había amenazas de lluvia, sin embargo, los habitantes de esta tierra estamos preparados para cualquier contingencia.
Llegué a la Plaza a las 5 de la mañana, claro que al primer gigante que encontré fue al Che que simbólicamente era el primero otra vez. Amanecer en cualquier parte es muy hermoso pero en la Plaza del Che es algo espectacular. Ocupé mi asiento. Hice fotos. Malas. Leí. Conversé con mis ocasionales vecinos pero el tiempo no avanzaba, por lo menos yo no lo percibía. Igual que Yoani, Alejandro, Willian jóvenes que me habían invitado
El imaginario popular había situado en la presidencia del acto a personas entrañables. Sabía sólo de la presencia de Raúl. ¿Qué sucederá? La Plaza invadida. Ya mi reloj marcaba las 7.25 de una mañana cálida, nublada a veces .
De repente se iluminó la Plaza con la presencia de Raúl e invitados venezolanos,…..y lo que se produjo entonces no estoy en capacidad de describirlo pero utilizaré algunos términos que ayuden a imaginarse lo sucedido: estremecimiento, júbilo, lágrimas, sollozos, algarabía, emoción, alegría, plenitud, fe, solidaridad, hermandad. Fuimos objeto de una conmoción irrepetible pues de nuevo Raúl estaba con nosotros.
A las 7.30 se inició el acto tal y como estaba previsto. Junto a Raúl estaban varios participantes en los sucesos del 26 de julio de 1953. Allí estaba mi amigo Calixto Morales Hernández y su esposa Juana Martínez Tamayo hermana los guerrilleros Papi y Arturo caídos en Bolivia. Muy cerca de donde me encontraba pude ver a José R. Fernández, Ricardo Alarcón, Melba Hernández, Miguel Díaz – Canell, Esteban Lazo, Asela de los Santos, Faure Chomón, y otros dirigentes de la Revolución que saludaban con sencillez al pueblo.
Habló Alí, el dirigente venezolano que nos conmovió alertándonos del peligro de guerra que enfrenta su pueblo. Explicó que la guerra no es contra Venezuela, sino contra toda la región. Rindió homenaje a Bolívar, Fidel Castro y Ernesto Guevara. Felicitó a villaclareños y a todos los cubanos.
Raúl entregó los reconocimientos a las tres provincias destacadas y a Villa Clara que ganó la emulación sobre todo por la estabilidad que ha mostrado en más de 10 años.
José R. Machado Ventura pronunció las palabras centrales en que analizó nuestros logros y dificultades, así como la compleja situación internacional actual.
En el acto se presentaron varios artistas que mostraron el gran talento con que cuenta la provincia y los logros que en el ámbito cultural hemos alcanzado.
El mensaje es claro: nuestra región está acechada por el enemigo imperialista que no acepta las ideas integracionistas de Bolívar. Eso no es nuevo. Los tambores de la guerra se escuchan también en Nuestra América. No sólo en tierras lejanas.
Los cubanos amamos la paz y la obra colosal que hemos construido en 50 años. Pero la paz con dignidad. Desde octubre de 1868 nos deshicimos de las cadenas y nadie nos las impondrá de nuevo. En cuanto a Venezuela nos quimos por José Martí que expresó: Deme Venezuela en que servirla, en mí tiene un hijo.
Los descendientes de José Martí, el Che Guevara y Fidel adecuándonos a los tiempos de hoy decimos:
-Díganos Venezuela y Chávez en que servirlos los cubanos y cubanas somos sus hijos.
Llegué a la Plaza a las 5 de la mañana, claro que al primer gigante que encontré fue al Che que simbólicamente era el primero otra vez. Amanecer en cualquier parte es muy hermoso pero en la Plaza del Che es algo espectacular. Ocupé mi asiento. Hice fotos. Malas. Leí. Conversé con mis ocasionales vecinos pero el tiempo no avanzaba, por lo menos yo no lo percibía. Igual que Yoani, Alejandro, Willian jóvenes que me habían invitado
El imaginario popular había situado en la presidencia del acto a personas entrañables. Sabía sólo de la presencia de Raúl. ¿Qué sucederá? La Plaza invadida. Ya mi reloj marcaba las 7.25 de una mañana cálida, nublada a veces .
De repente se iluminó la Plaza con la presencia de Raúl e invitados venezolanos,…..y lo que se produjo entonces no estoy en capacidad de describirlo pero utilizaré algunos términos que ayuden a imaginarse lo sucedido: estremecimiento, júbilo, lágrimas, sollozos, algarabía, emoción, alegría, plenitud, fe, solidaridad, hermandad. Fuimos objeto de una conmoción irrepetible pues de nuevo Raúl estaba con nosotros.
A las 7.30 se inició el acto tal y como estaba previsto. Junto a Raúl estaban varios participantes en los sucesos del 26 de julio de 1953. Allí estaba mi amigo Calixto Morales Hernández y su esposa Juana Martínez Tamayo hermana los guerrilleros Papi y Arturo caídos en Bolivia. Muy cerca de donde me encontraba pude ver a José R. Fernández, Ricardo Alarcón, Melba Hernández, Miguel Díaz – Canell, Esteban Lazo, Asela de los Santos, Faure Chomón, y otros dirigentes de la Revolución que saludaban con sencillez al pueblo.
Habló Alí, el dirigente venezolano que nos conmovió alertándonos del peligro de guerra que enfrenta su pueblo. Explicó que la guerra no es contra Venezuela, sino contra toda la región. Rindió homenaje a Bolívar, Fidel Castro y Ernesto Guevara. Felicitó a villaclareños y a todos los cubanos.
Raúl entregó los reconocimientos a las tres provincias destacadas y a Villa Clara que ganó la emulación sobre todo por la estabilidad que ha mostrado en más de 10 años.
José R. Machado Ventura pronunció las palabras centrales en que analizó nuestros logros y dificultades, así como la compleja situación internacional actual.
En el acto se presentaron varios artistas que mostraron el gran talento con que cuenta la provincia y los logros que en el ámbito cultural hemos alcanzado.
El mensaje es claro: nuestra región está acechada por el enemigo imperialista que no acepta las ideas integracionistas de Bolívar. Eso no es nuevo. Los tambores de la guerra se escuchan también en Nuestra América. No sólo en tierras lejanas.
Los cubanos amamos la paz y la obra colosal que hemos construido en 50 años. Pero la paz con dignidad. Desde octubre de 1868 nos deshicimos de las cadenas y nadie nos las impondrá de nuevo. En cuanto a Venezuela nos quimos por José Martí que expresó: Deme Venezuela en que servirla, en mí tiene un hijo.
Los descendientes de José Martí, el Che Guevara y Fidel adecuándonos a los tiempos de hoy decimos:
-Díganos Venezuela y Chávez en que servirlos los cubanos y cubanas somos sus hijos.
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