jueves, 6 de octubre de 2011

Suéltelos ya, presidente Obama… ¡carajo!



El 12 de setiembre de 2010 dirigí una argumentada carta al Señor Presidente de los Estados Unidos de Norteamérica en la que pedía la liberación de los Cinco Cubanos que cumplen injustas y desmedidas condenas en cinco lugares distintos de la Unión. Lo hice a título absolutamente personal como ahora. Sólo sigo el ejemplo de millones de personas de todo el mundo que exigen el regreso a la patria de nuestros hermanos.
Resulta inexplicable que el gobierno de un país civilizado, con una rica tradición jurídica haya violado sus propias leyes para ensañarse en la persona de 5 hombres y sus familias. Nadie podrá explicar nunca que se haya impedido a algunos de esos hombres reencontrarse con sus esposas, que hayan sido tratados con extrema crueldad por el sólo hecho de impedir las acciones terroristas contra Cuba, Estados Unidos y otros pueblos. En ellos las peores fuerzas del gran país castigan a una Revolución a la que no han podido destruir en más de 50 años a pesar de haber empleado todas las armas posibles. Todas…casi las nucleares.
Hace hoy 35 años que los cubanos lloramos ante las pantallas de nuestros televisores junto a las madres, padres y demás familiares de 57 compatriotas que regresaban a la patria. ¿Cómo no estremecerse de dolor ante el llanto de una madre que sólo puede ver un ataúd con la foto de su hijo? ¿Qué delitos habían cometido aquellas personas, cubanas, guyaneses y coreanas? ¿No sintió una dolorosa conmoción el joven futuro presidente de USA, Barack Obama, ante aquella monstruosidad? ¿Qué piensa él de los terroristas que provocaron aquella masacre?
El señor presidente debiera demostrar al mundo que él es también capaz de acciones dignas y nobles. No es honrado que por razones de política doméstica su gobierno esté haciendo caso omiso a personalidades de todo el orbe, de todas las razas, creencias, credos políticos que le piden ejerza su derecho constitucional y ponga fin a más de 13 años de injusticia que engrandece a nuestros hermanos en la misma medida que empequeñece a sus carceleros de los cuales él es Jefe.
Hoy he participado en un acto de recordación a las víctimas del terrorismo de estado de que somos víctimas los cubanos hace más de 50 años, allí en Ranchuelo, Villa Clara , vi familiares y amigos de los caídos en el sabotaje de Barbados hace 35 años. No vi, ni escuché, nada que signifique odio. Sólo exigimos justicia.
Nadie podrá justificar nunca el horrendo crimen en el que murieron de forma inimaginable 73 personas, 57 cubanos y cubanas dos de las cuales estaban embarazadas: una esgrimista y la esposa del copiloto también miembro de la tripulación.
Indigna saber que los culpables y sus entrenadores duerman como niños, vivan como personas y anden por las calles de cualquier ciudad norteamericana sin dificultad alguna, entretanto René que sale de prisión mañana 7 de octubre por haber extinguido la condena de 15 años que le fue impuesta, gracias a su ejemplar conducta que le permitió fueran restados 53 días por cada año de prisión no podrá volver a Cuba, un hecho que no tiene precedentes. ¿Por qué ese salvaje ensañamiento? ¿Por qué mantener a los otros presos si es conocido por todos que no tuvieron juicio, sino una pantomima bochornosa?
El presidente Obama y su equipo, formado por personas muy calificadas, debían recordar al Presidente Lincoln cuando expresó que no se podía engañar a todo el mundo todo el tiempo. Tomen nota de ello. Nosotros ya lo hicimos.

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