miércoles, 27 de mayo de 2009

Las heridas recibidas por Ernesto Guevara de la Serna.


El 9 de octubre de 1967 el Che recibió varias heridas que le ocasionaron la muerte después de varias horas de haber sido capturado herido leve, sin embargo, esas no fueron las únicas heridas recibidas por este hombre paradigmático del siglo XX mundial pues desde niño recibió heridas: veamos.
Primera herida:
Ernesto la recibió en un pié durante un enfrentamiento entre la pandilla, de que era Jefe, y otra con la que tenían peligrosos encuentros en que los proyectiles eran piedras, tornillos, tuercas…
Segunda herida:
Se produjo durante el viaje que realizó con Alberto Granado en 1951, conduciendo él la moto, aceleró demasiado y se produjo el accidente en que Granado resultó ileso pero a Ernesto el cilindro le aprisionó un pie produciéndole una herida que demoró en cicatrizar.
Tercera herida:
La de mayor gravedad recibida hasta entonces pues se produjo en Alegría de Pío, sólo 3 días después de haber desembarcado en Los Cayuelos en la costa sur de la antigua provincia de Oriente. Atardecía cuando se produjo la sorpresa, otro combatiente dejó su mochila abandonada y ante Ernesto, que ya era el Che, se presentó la disyuntiva de cargar la caja de armas o continuar con su pesada mochila de medicamentos e instrumental médico, sin titubear optó por la caja de bala, lo que le salvó la vida pues en medio de aquel desastre una bala que le hirió en el cuello primero impactó la caja de balas y lo hirió de rebote. Años después dijo a un subordinado suyo que esa bala estaba aun alojada en su columna cervical.
Cuarta herida:
El 8 de diciembre de 1957 en un enfrentamiento contra el sanguinario militar batistiano, que era valiente, Ángel Sánchez Mosquera, Che resultó herido en el tobillo izquierdo mientras dirigía el combate. Poco después el Dr. José Ramón Machado Ventura extrajo la bala auxiliándose de una cuchilla de afeitar la que resultó ser de una carabina M-1.
Quinta herida:
Esta se produjo ya casi al final de la guerra durante La Campaña de Las Villas cuando saltó de un lugar a otro en la toma de Cabaiguán, tropezó con una antena de televisión y se golpeo con latas que contenían plantas ornamentales la caída le provocó una herida pequeña en el arco superciliar derecho, una fisura ósea en el brazo derecho, además de lesiones articulares leves en la muñeca y el codo de esa extremidad.
Sexta herida:
Esta la recibió a mediados de abril de 1961 estando en la Comandancia de la provincia de Pinar del Río. Fue la más peligrosa y ocurrió al caérsele su arma que se disparó y lo hirió en la cara a sedal pero le produjo abundante sangramiento. Fue tratado en el hospital de esa provincia sin anestesia por órdenes del herido debido a su alergia.
Séptima herida:
La recibió en la Quebrada del Yuro en el tercio medio de la pierna derecha mientras combatía contra el Ejército boliviano el 8 de octubre de 1967. No era de gravedad, siguió peleando y dirigiendo hasta que sus armas quedaron inutilizadas y fue capturado y obligado a trasladarse caminando hasta la escuelita de La Higuera.
Otras heridas:
El Che permaneció en la escuelita de La Higuera, las últimas horas del día 8 de octubre y el día 9 cuando a las 3 de la tarde aproximadamente fue asesinado por órdenes del alto mando boliviano en contubernio con la CIA, recibió 8 heridas de bala: 6 en el tórax y dos en las extremedidades.
Mario Terán, uno de los asesinos recibió los beneficios de la Operación Milagro que patrocinan Cuba y Venezuela actualmente por lo que le fue devuelta la vista. Es un anciano que dice que aquel día no mató al Che sino a sí mismo. Es lógico que carezca de Paz, ya sabe la dimensión del daño que hizo a la humanidad ultimando a ese herido, que enérgico y desafiante le dio fuerzas para que cumpliera la siniestra orden:
¡Disparen que van a matar un hombre!
Si Che hubiera muerto en combate los cubanos lo lamentaríamos extraordinariamente por tratarse de uno de los hombres más grandes del siglo XX, pero saber que fue asesinado vilmente él, que atendió muchas veces a enemigos heridos y entregó nuestras medicinas para los mismos, que nunca castigó, humilló o agredió un enemigo ese hecho nos causa indignación, repulsión y odio hacia los que lo hicieron, sin embargo, no lograron silenciarlo y hoy es bandera de millones y azote de quienes lo asesinaron o participaron de alguna manera en ese hecho salvaje.



Foto de Freddy Alborta

No hay comentarios: